A mi parecer existen dos tipos de profesionales de la educación desde una mirada mas ambigua por ejemplo: el profesor aparece casi como un salvador, él encarna a la persona capaz de abrir las mentes de sus estudiantes y desarrollar en ellos diversos modos de vocación, de tal forma que posibilita con sus enseñanzas el desarrollo y progreso de la sociedad en su conjunto. La sociedad crece y se dinamiza gracias a la educación y el profesor es quien posibilita esto y por otro lado esta es la mirada en donde el profesor es quien coarta la autonomía de sus alumnos, aquel que reprime los deseos liberales de la juventud, el que humilla a aquellos alumnos que se atreven a pensar por si mismos.
A través de las visiones mencionadas anteriormente, ninguna es la correcta según mi criterio, un buen docente es quien es capaz de entregar sus conocimientos de forma humana, sin golpes o malos tratos, quien es capaz de ponerse en el lugar de sus alumnos, entenderlos, conocerlos y así poder ayudar en el proceso de enseñanza aprendizaje, un pedagogo no se define por su actividad sino por el sentido que le da a ella, No basta con saber de un tema si soy incapaz de enseñarlo. La docencia va más ligada al cambio de la persona que recibe la enseñanza que a la capacidad de uno de expresar un concepto. Muchos hemos pasado por experiencias universitarias en que abogados, arquitectos o médico intentan dar cuenta de su saber, siendo incapaces de entregarlo en forma clara y sencilla. Educar implicar dirigir, orientar, facilitar un cambio en la persona del otro. Lo intelectual se supedita aun interés mayor: la capacidad de desarrollar la vocación de otro. El educador es aquel que dispone su vida, sus acciones al servicio de otro. Es un servidor, quizás en su sentido originario, de ayuda, de solícita compañía. Sin embargo no es un sirviente, no pierde su vida en ayudar y en la felicidad ajena. No se diluye en exigencias ajenas olvidándose de sí. Antes bien, encuentra su propia felicidad y realización en esa donación al otro. No hay dicotomía entre el educador y el educando, hay complementariedad, la felicidad de uno se desarrolla con la del otro.
Un buen docente es quien se preocupa por sus alumnos, quien premia el esfuerzo, la calidad de persona y acepta la diversidad de su curso, como profesores debemos aceptar que no todos aprenden igual y que no todos los resultados serán beneficiosos para nosotros, un buen profesional de la educación debe mantener una relación de cercanía con sus alumnos y apoderados. Para lograr trasmitir nuestros conocimientos debemos conocer a nuestros alumnos en todos sus ámbitos para lograr llegar a ellos.
Característica de un buen profesor:
Primera: sin excepción, los profesores extraordinarios conocen su materia extremadamente bien. Pero no son meros eruditos. Utilizan su conocimiento para ir al fondo de los asuntos, a los principios fundamentales y a los conceptos básicos; son capaces de simplificar lo complejo de manera que motivan el aprendizaje. Tienen además una comprensión intuitiva del aprendizaje humano.
Segunda: dan gran importancia a su tarea docente, tanta como a su investigación. Al programar sus lecciones (seminarios, prácticas, tutorías), se plantean los objetivos del aprendizaje.
Tercera: son exigentes con sus alumnos, esperan mucho de ellos. Pero plantean objetivos ligados a las salidas profesionales de sus estudiantes y a la formación que estos necesitarán a lo largo de su vida, es decir, no se trata de proyectar dificultades arbitrarias.
Cuarta: en sus lecciones intentan crear un entorno para el aprendizaje crítico natural, en el que los estudiantes se enfrentan con su propia educación, trabajan en colaboración con otros, confían en la valoración de sus tareas.
Quinta: confían en sus alumnos, son francos y abiertos con ellos, y siempre son amables.
Sexta: evalúan el resultado de su tarea y saben rectificar cuando es necesario. Califican a los estudiantes según objetivos de aprendizaje básicos.
http://mitarima.wordpress.com/2007/02/21/caracteristicas-de-un-buen-profesora/
Un buen docente es responsable de sus actitudes frente a sus alumnos y se comprota como profesor dentro y fuera del establecimiento, es por esto que debemos ser un ejemplo; somos formadores de personas.
“El maestro deja una huella para la eternidad; nunca puede decir cuando se detiene su influencia”. Henriqueta Lisboa
A través de las visiones mencionadas anteriormente, ninguna es la correcta según mi criterio, un buen docente es quien es capaz de entregar sus conocimientos de forma humana, sin golpes o malos tratos, quien es capaz de ponerse en el lugar de sus alumnos, entenderlos, conocerlos y así poder ayudar en el proceso de enseñanza aprendizaje, un pedagogo no se define por su actividad sino por el sentido que le da a ella, No basta con saber de un tema si soy incapaz de enseñarlo. La docencia va más ligada al cambio de la persona que recibe la enseñanza que a la capacidad de uno de expresar un concepto. Muchos hemos pasado por experiencias universitarias en que abogados, arquitectos o médico intentan dar cuenta de su saber, siendo incapaces de entregarlo en forma clara y sencilla. Educar implicar dirigir, orientar, facilitar un cambio en la persona del otro. Lo intelectual se supedita aun interés mayor: la capacidad de desarrollar la vocación de otro. El educador es aquel que dispone su vida, sus acciones al servicio de otro. Es un servidor, quizás en su sentido originario, de ayuda, de solícita compañía. Sin embargo no es un sirviente, no pierde su vida en ayudar y en la felicidad ajena. No se diluye en exigencias ajenas olvidándose de sí. Antes bien, encuentra su propia felicidad y realización en esa donación al otro. No hay dicotomía entre el educador y el educando, hay complementariedad, la felicidad de uno se desarrolla con la del otro.
Un buen docente es quien se preocupa por sus alumnos, quien premia el esfuerzo, la calidad de persona y acepta la diversidad de su curso, como profesores debemos aceptar que no todos aprenden igual y que no todos los resultados serán beneficiosos para nosotros, un buen profesional de la educación debe mantener una relación de cercanía con sus alumnos y apoderados. Para lograr trasmitir nuestros conocimientos debemos conocer a nuestros alumnos en todos sus ámbitos para lograr llegar a ellos.
Característica de un buen profesor:
Primera: sin excepción, los profesores extraordinarios conocen su materia extremadamente bien. Pero no son meros eruditos. Utilizan su conocimiento para ir al fondo de los asuntos, a los principios fundamentales y a los conceptos básicos; son capaces de simplificar lo complejo de manera que motivan el aprendizaje. Tienen además una comprensión intuitiva del aprendizaje humano.
Segunda: dan gran importancia a su tarea docente, tanta como a su investigación. Al programar sus lecciones (seminarios, prácticas, tutorías), se plantean los objetivos del aprendizaje.
Tercera: son exigentes con sus alumnos, esperan mucho de ellos. Pero plantean objetivos ligados a las salidas profesionales de sus estudiantes y a la formación que estos necesitarán a lo largo de su vida, es decir, no se trata de proyectar dificultades arbitrarias.
Cuarta: en sus lecciones intentan crear un entorno para el aprendizaje crítico natural, en el que los estudiantes se enfrentan con su propia educación, trabajan en colaboración con otros, confían en la valoración de sus tareas.
Quinta: confían en sus alumnos, son francos y abiertos con ellos, y siempre son amables.
Sexta: evalúan el resultado de su tarea y saben rectificar cuando es necesario. Califican a los estudiantes según objetivos de aprendizaje básicos.
http://mitarima.wordpress.com/2007/02/21/caracteristicas-de-un-buen-profesora/
Un buen docente es responsable de sus actitudes frente a sus alumnos y se comprota como profesor dentro y fuera del establecimiento, es por esto que debemos ser un ejemplo; somos formadores de personas.
“El maestro deja una huella para la eternidad; nunca puede decir cuando se detiene su influencia”. Henriqueta Lisboa